LA PLAYA DE LOS POBRES

 

1

 

Los pobres veranean en un mar

que sólo ellos conocen

Allí instalan sus carpas

hechas de mimbre y celofán

y luego bajan a la orilla

para ver la llegada de los botes

curtidos de adioses

En la playa

la miseria se broncea boca abajo

el hambre toma sol en una roca

los niños hacen mediaguas en la arena

y las muchachas se pasean

con sus bikinis pasados de moda

Ellas tienden sus toallas de papel

y se recuestan a mirar el reventar de las olas

que les recuerda la forma de un pan

o una cebolla

Mar adentro nadan los sueños

Y ellas ven al vendedor de helados

acariciando sus pechos

o a ellas mismas en un viaje hacia la espuma

del que regresan con vestidos nuevos

y una sonrisa en el alma

 

 

2

 

 

Los pobres veranean en un mar

que sólo ellos conocen

Y cuando cae la tarde

y el horizonte se desviste frente a ellos

y las gaviotas se desclavan del aire

para volver a casa

y el crepúsculo es una olla común

llena de peces y colores

ellos encienden sus fogatas en la arena

y comienzan a cantar y a reír

y a respirar la breve historia de sus nombres

y beben vino y cerveza

y se emborrachan

abrazados a sus mejores recuerdos

Mar adentro nadan los sueños

Y ellos ven a sus hijos camino de la escuela

cargando libros y zapatos y juguetes

o a ellos mismos regresando del trabajo

con los bolsillos hinchados

y con un beso pintado en el alma

Y mientras ellos sueñan

el hambre apaga sus fogatas

y se echa a correr desnuda por la playa

con los huesos llenos de lágrimas

 

 

 

 

 

 

EL ÚLTIMO GUERRERO

 

 

Lautaro — Lautaro, dice su galopar

y sus perros lo siguen como el viento

                               (Leonel Lienlaf)

 

 

 

1

 

Hijo del más sangriento día

tu ardor ilumina la ruta donde pasas

tu cabellera de cruces se alarga

y se pierde en sí misma

y en ella cuelga la noche con dientes y cometas

en ella cuelgan las gotas de un amanecer distante

incierto y desbocado como un caballo ciego

trotando sin edad y sin memoria

secretamente adherido al resplandor de un beso

Secretamente hacinado entre sombras y estrellas

llegas de donde nadie ha venido jamás

jinete de la luz sin estandarte

recopilado en antologías futuras

en episodios por siglos malheridos

traes la evocadora acústica de los mares

el eco de un relámpago que roe la tiniebla

traes un millón de abejas atadas al cuello

imitando los gestos de un espejo sonámbulo

traes en tu corazón un bosque azul

una semilla para ser repartida

una trinchera donde aguardan los olvidados de siempre

Y pareciera que tu voz es brisa, lluvia, tempestad

lamento de volcán recién nacido

campana de una aurora preñada

más primitiva y más pura que el deseo y su ceniza

más aferrada a la tierra que a su propia vida

 

 

 

2

 

 

Vocero de los sueños

los pejerreyes no saben de ti

pero han navegado las aguas que riegan tu origen

han visto latir las aguas

y en ellas quieren morir

sin más adiós que un mediodía de escamas

sin más despedida que tu sangre río abajo

destiñéndolo todo

Porque a pesar de los ladridos del hambre

a pesar de las caricias del miedo

a pesar del trino manoseado del recuerdo

te sacudes las hormigas espolvoreándolas

más allá de la penumbra

te levantas como un viento acorralado

echando fuego y telarañas de luto

cicatrices de una guadaña ensañada

con los verdugos del alma

con aquéllos que reparten el dolor

y la miseria a bocanadas

contra ésos te levantas

sin espada y sin coraza

armado solamente de palomas

y murciélagos inéditos

de grillos que interpretan a capella

la eternidad de tu alegría

 

 

 

 

 

 

LA DANZA DEL TORO

 

 

a Carlos Díaz Loyola

 

 

Difícilmente olvidarte porque la sangre no se olvida

no se olvida el volcán o el cuchillo de tu boca

o la barba desgarrada en el muro de los siglos

o el eructo de la tierra con su llanto de trinchera

y su color de mosca y su veneno anónimo

Difícilmente la orina del mar con sus alas marchitas

y el grito funerario del cielo y el ojo del relámpago

y la muerte de los muertos y la vida de los muertos

y el mantel del infinito a saltos

sobre los pechos del destino que devora, araña

rompe las cavidades del pubis y su recuerdo ardiente

de cada memoria fría, de cada aullido en llamas

terrible como la cópula de las entrañas

o el latido de un trueno enfermo

terrible en su plumaje de holocausto

en su piel de cataclismo

en su cintura trizada por la sed y el hambre

en los labios del otro, en los huesos del otro

en el gran animal que somos

mientras la panza gime y se retuerce de lombrices

y las arrugas crecen y los bigotes crecen

y crece también la muerte como una muchedumbre

la muerte diaria que nos acompaña, oscura, macabra

deforme en su legado de grietas, en su acento de oruga

en el perfil de las hogueras y de los hipos del universo

Difícilmente olvidarte en la cascada de los sueños

en el gran litoral del miedo o en la vendimia de mi alma

en el vuelo rasante de las letras y de las piedras humanas

en la anatomía del fuego y en las momias recientes

Difícilmente olvidarte cuando caen los bostezos

y la luna tiene un raro parecido al aire

que sofoca las arterias

y aparecen los ciegos y aparecen los ciegos

y aparecen los ciegos cantando con tu voz de bestia

con tus uñas ancladas, con tu eco de tren deshabitado

y con tu noche de alambre y de esqueleto sonámbulo

Porque difícilmente podremos olvidarte, difícilmente

aunque no traigas regalos, aunque te canses del viento

aunque se apaguen tus muelas, difícilmente en el rugido

de un viejo corazón o una camisa de fuerza, difícilmente

en el olor a pólvora de los sesos, en la saliva ausente

y en el verso degollado a la luz de los infiernos

 

 

 

 

 

 

ME SOBRA UN MUERTO

 

 

a Pablo de Rokha

 

 

Me sobra un muerto

me sobra

me sobra un muerto y no soy yo

quién es

y viene de la levadura y de los precipicios

me sobra un muerto

un muerto martillándome la piel

me sobra un muerto y no soy yo

porque estoy vivo y lo presiento

lo respiro

y cae de la manga de otro muerto

y cae y cruza mi camisa

y da la vuelta

y sigue y sigue en mi esqueleto

un muerto

un muerto en mi esqueleto

instalado de por vida

un muerto me sobra y no soy yo

y llora y grita y ríe con su carcajada demoniaca

un muerto

un muerto sagrado

un muerto en el gemido del espanto

un muerto derramado en mi garganta y en mi sed

con su ceniza de elefante

en el vinagre

en el aliño de los años

un muerto arañando los cristales

entre tábanos

y hormigas

y gusanos hambrientos

defecando un muerto sus palabras

o en la suma de las voluntades o en ninguna

o en la roca de las rocas

trapicado el invencible

el muerto agujereado por los otros

inmutable en el zarpazo

en la estocada del olvido

me sobra

me sobra un muerto y no soy yo

porque patea y raspa

engulle con su dentadura cavernaria

hasta rozar por fin la sal del universo

 

 

 

 

 

 

SANGRE EN EL EXILIO

 

 

Cuando llegó el invierno a Chile

miles de pájaros volaron con la primera lluvia

estaban asustados entre la sombra y la muerte

y prefirieron emigrar con sus vidas hacia otras vidas

Tomaron el primer avión, desesperados

se arrojaron a los muelles persiguiendo barcos

cruzaron las montañas huyendo de las lanzas

y dejaron atrás la patria y a los herederos del hambre

Algunos no despegaron jamás

les arrancaron las alas en el intento y la lucha

desaparecieron con nombre y apellido

bajo los árboles de hierro

los encerraron en jaulas por especies

y cuando años después los encontraron

tenían la caricia del cuervo entre sus plumas

Los otros, los perseguidos

los pájaros del pueblo que lograron atravesar la muerte

debieron acostumbrarse a volar de otra manera

a sentir de otra manera, a respirar de otra manera

La tierra ajena los había recibido

la tierra amiga los invitaba a su mesa

a compartir el pan y sus dolores

Muchos incluso en la agonía

soñaron con ver la patria por última vez

pero la patria también agonizaba

había querido volar con sus alas rotas

 

 

 

 

 

 

MI PUEBLO

 

 

Mi pueblo tiene frío cada día del año

tiene hambre y sed y juventud

Mi pueblo es un pedazo de madera

de cama que no alcanza para cuatro o para ocho

Mi pueblo tiene lluvia y viento

tiene caras dibujadas con ceniza

tiene manos que aplauden para no morirse

Mi pueblo no tiene nombre

no tiene edad ni edades

no tiene calles ni sonrisas

Mi pueblo no tiene Dios

la levadura y la sal vencieron a los santos

el agua de los grifos fue más pura que una iglesia

Mi pueblo es un resumen del amor cansado

es una biografía sin orillas ni rincones

un cadáver reciente

una copa que jamás será llenada

Mi pueblo tiene niños que parecen ancianos

y ancianos que se robaron los años

tiene mujeres con ojos apagados

y hombres cortados por la mitad

Mi pueblo tiene árboles sin troncos y sin hojas

tiene rosas que cambiaron su color

por un kilo de pan

Mi pueblo es una herida en el tiempo

una guitarra enferma y sorda y muda

una canción de nombres definitivamente tristes

definitivamente amargos

definitivamente olvidados en el gran sueño de la vida

 

 

 

 

 

 

VUELO SUBTERRÁNEO

 

 

Soy el objeto que soy

y a veces también soy otro y estoy lejos

sentado en agua y tierra

y en el eco de las lenguas ardientes

Y duermo, sí, duermo la colosal aventura

de la palabra humana acuchillada y ebria

sangrante en el recuerdo de los muertos

que parecieran venir de adentro

y sollozaran al verme escribir sus nombres

Y ahora, cuando sale de mi boca

esa tonada de lluvia y sol mojado

me recuesto por todas partes y respiro cicatrices

y recojo las migajas que le sobran a mi alma

y tengo frío

y me despierto en medio de las rosas

sin entender quien vive o ama todavía

Por eso es que mi ombligo no tiene edad

y sigo esperando el día de los besos perdidos

aún cuando mis uñas no tienen ganas

y mi cabeza está más triste y oscura que nunca

aún cuando mis sueños son anónimos

y mis huesos ya no encuentran

el murmullo de los siglos

Y vuelvo a deletrear cenizas

y vuelvo a perseguir mi sombra

y a este árbol que agoniza entre mis dedos

lo enterraré conmigo

y volaremos en espiral

como los dientes de algún resorte

y moriremos juntos, sin ataúd

como las cuerdas de una guitarra olvidada

y moriremos por siempre y será un premio

un premio a nuestros pies y a nuestra médula

un premio a nuestra antología de vidrio

Y lloraremos gusanos y lloraremos ratas

y lloraremos hormigas sin fecha y gatos de luto

y lloraremos sonrisas en los ojos ajenos

y negros bosques

donde una flor se arrancará los cabellos

Porque este cielo aún no me conoce

aún no oye el acorde que llevo en los sesos

no me conoce, y soy el objeto que soy

y a veces también soy otro y estoy lejos

y me extiendo por muros y calles

y pueblo estrellas

y dejo la luna en la mesa, sin avisar

y me emborracho a la salud de nadie

y me despierto en medio de las cruces

con una vigilia de araña

y con un beso dedicado a cada muerto

y a cada muerto un abrazo y un latido de tumba

y a cada muerto un suspiro

un trozo de mi antiguo corazón

que se derrama como un río de gemidos

 

 

 

 

 

 

SERÁ DEBAJO DE LA CAMA

 

 

Será debajo de la cama, amor

haremos a un lado

lo que sea necesario

tal vez un par de botas

perdidas en el fondo

o la infaltable bacinica

con olor a océano

Será debajo de la cama

y no podremos revolcarnos

nadie estará sobre nadie, amor

porque en un sólo movimiento

nos comeremos el aire

en una sola caricia

se apagarán nuestras vidas

Será debajo de la cama, amor

yo rozaré como pueda

tus caderas apretadas

rozaré tu herida abierta

si me enseñas el camino

Pero no debes gritar o hablar

porque nos escucharán

sólo el latido de tus piernas

bastarán por esta noche

tu boca pegada al polvo

será la enredadera

que inundará mis paredes

y yo, debajo de la cama

me arrastraré dentro de ti

 

 

 

 

 

 

APUNTES PARA UNA LEYENDA

 

 

Una mujer está parada sobre un puente

que no existió jamás

 

Su piel que jamás fue besada

flota sobre las aguas del tiempo

como un recuerdo sin rostro

 

Una carta que jamás fue leída

lucha por alcanzar la orilla

para que alguien la descubra

 

Un hombre que jamás ha leído

que no sabe leer

que no aprendió jamás

halla la carta y el cuerpo

debajo de ese puente

 

El hombre llora de impotencia

mientras la carta se deshace

entre sus dedos

 

El río que está lleno de lágrimas

se apiada de aquel hombre

y le revela el secreto de esa carta

 

Y el hombre loco de amor

junta sus noches y delirios

para arrojarse de ese puente

que no existió jamás

 

 

 

 

 

 

LA HIJA DE RIMBAUD

 

 

La niña del vestido abierto

se levanta a la hora

en que las palabras están de fiesta

porque ella misma es una fiesta

cuando tiende sus muslos al sol

y el viento la recorre

con sus dedos infinitos

Un triciclo de cristal la espera

junto a las flores del patio

y un nido de mariposas ciegas

se desnuda entre sus huesos de miel

Y en su lecho de plumas azules

ella cuelga sus trenzas de trigo

y cuenta sus abejas muertas

hasta quedarse dormida

mientras la tarde la envuelve

con sus labios amarillos

La niña del vestido abierto

se despierta a la hora

en que los relojes sueñan

porque ella misma es un sueño

cuando abre su vestido

y los gorriones se amontonan

locos de amor

sobre sus pechos de papel

 

 

 

 

 

 

PEDAGOGÍA INCONCLUSA

 

 

El niño le pregunta al padre

si las palabras envejecen

El padre le responde al hijo

que las palabras siguen tan jóvenes

como en el primer día

El niño corre donde el abuelo

para llevarle la buena nueva

Y el viejo abre de golpe

el cajón de las palabras

para que éstas le cuenten el secreto

 

 

 

 

 

 

CICATRICES DE GUERRA

 

 

A veces

cuando me emborracho

las palabras me traen a casa

en un viejo triciclo de madera

Y lejos de quitarme los zapatos

y acostarme

como ocurre en estos casos

me dejan tirado en el jardín

lleno de hormigas

y con la cara pegada

al foco del alumbrado

"Eso te pasa por escribir malos poemas"

me dicen

y se marchan cantando y riendo

abrazadas

a mi última cerveza

 

 

[Poemas de Vuelo subterráneo]

 

 

 

[imagens ©andy warhol] 

 
 
 
 
Mario Meléndez (Linares, Chile, 1971). Estudió Periodismo y Comunicación Social. Entre sus libros figuran: Autocultura y juicio (con prólogo del Premio Nacional de Literatura, Roque Esteban Scarpa), Poesía desdoblada, Apuntes para una leyenda, Vuelo subterráneo, El circo de papel y La muerte tiene los días contados. En 1993 obtiene el Premio Municipal de Literatura en el Bicentenario de Linares. Sus poemas aparecen en diversas revistas de literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. A comienzos del 2005 obtiene el premio "Harvest International" al mejor poema en español otorgado por la University of California Polytechnic, en Estados Unidos. Parte de su obra se encuentra traducida al italiano, inglés, francés, portugués, holandés, alemán, rumano, búlgaro, persa y catalán. Durante cuatro años vivió en Ciudad de México, donde dirigió la serie Poetas Latinoamericanos en Laberinto ediciones y realizó diversas antologías sobre la poesía chilena y latinoamericana. Actualmente radica en Italia. A comienzos del 2013 recibe la medalla del Presidente de la República Italiana, concedida por la Fundación Internacional don Luigi di Liegro. Poemas en Zunái — Revista de Poesia & Debates [ clique aqui ].
 
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